En algún momento del siglo V los hunos vencieron a sus enemigos en las estepas europeas al contar con la novedad de los estribos en sus caballos, lo que les permitía tener más alcance con las armas y mayor estabilidad. Sus enemigos, en cambio, luchaban a pie. Tal como en ese momento de la historia, hoy la innovación crea las “armas” para que las compañías sean sostenibles en el tiempo.
Pero lograr esto no es sencillo. Como sabemos, los proyectos de innovación poseen un grado de incertidumbre y riesgo alto (en comparación a otros proyectos que posee la compañía) teniendo una probabilidad no menor de no llegar a buen puerto. Para ser capaces de administrar el riesgo, en innovación es clave trabajar bajo una lógica de gestión de portafolio, es decir, trabajar sobre un conjunto de proyectos, programas e iniciativas, que se agrupen para cumplir con los objetivos estratégicos del negocio.
La base de todo portafolio de innovación es que debe estar alineado a la estrategia empresarial misma, y con un objetivo claro en la creación de valor nuevo para la compañía. Lograr esto no es sencillo. De por sí, situar la innovación en el corazón de la estrategia requiere del convencimiento del directorio de las compañías y de su plana ejecutiva.
El siguiente paso es definir los focos de innovación donde la compañía orientará sus esfuerzos en la búsqueda de los potenciales “estribos” que compondrán su portafolio de innovación. A modo de ejemplo, hoy en día me toca colaborar con una organización donde hemos puesto foco en el segmento Adulto Mayor. Este grupo se duplicará al 2020, convirtiéndose en un grupo interesante al cual potenciar mediante proyectos de innovación.
La gestión del portafolio es la disciplina clave que toda empresa -con consultoría de innovación mediante o no- debe incorporar si desea innovar de forma sistemática, básicamente por tres razones:
Los responsables de innovación en las compañías (gerente, jefe de innovación o bien otro líder) en conjunto con el Comité de Innovación (Alta Gerencia) deben estar en forma constante y dinámica tomando decisiones y acciones sobre el portafolio: evaluando, seleccionando y priorizando nuevos proyectos; acelerando, “matando” o cambiando prioridades en proyectos en curso; asignando nuevos recursos según lo necesite cada proyecto (ej.: prototipos, pilotos, actividades con potenciales clientes, entre otros).
Hoy, existe una variedad de buenas prácticas sobre la gestión del portafolio de innovación en empresas. Acá, son clave cinco conceptos:
En resumen, la innovación en las organizaciones es fuente de resultados sistemáticos que permiten la sostenibilidad del negocio, especialmente en los tiempos que corren. Es por ello, que la gestión de la innovación se ha convertido en una disciplina clave para las organizaciones que desean moverse en esa dirección.