Tanto empresas establecidas por años como startups buscan agregar valor a sus clientes. Mientras las primeras dedican la mayor parte de su tiempo a operar su negocio (business as usual), por lo general dejan muy poco tiempo para el desarrollo de nuevas soluciones o competencias. Por otra parte, las startups invierten gran parte de sus horas en tratar de levantar la empresa y al desarrollo de soluciones innovadoras. Esta dedicación a generar “lo nuevo” junto con una pequeña o inexistente área de desarrollo de negocios, hace que muchos de los emprendimientos tengan mayor dificultad para captar clientes.
En Chile, hay diversas organizaciones que han comprendido el beneficio y oportunidad de trabajar en conjunto, justamente para evitar lo anterior.
Chilectra, actualmente ENEL, y la startup Uanbai entendieron el 2014 la oportunidad que significaba asociarse, y diseñaron #pagotuit, el primer sistema de pago que permite a las personas pagar su cuenta eléctrica mediante redes sociales. En esa ocasión, Uanbai aportó con la tecnología de la pasarela de pago en redes sociales y Chilectra con su estructura corporativa y acceso a los clientes. Beneficio para todos, siempre pensando en el usuario final.
En el caso de Sodimac, el 2012 crearon el Centro de Innovación con Proveedores (CIP), que reúne a proveedores, inventores y universidades para generar nuevas soluciones, creativas y directas, de productos o servicios. Esto, basado en el concepto de co-creación con sus proveedores y la articulación de los principales actores del ecosistema de innovación en Chile. Con esto, los clientes de Sodimac comenzaron a tener acceso a productos que resuelven de mejor manera sus necesidades, a la vez que potenciaron su diferenciación de su competencia.
Casos como estos demuestran que startups y empresas pueden trabajar de manera colaborativa y conectar sus capacidades para capturar de manera ágil el nuevo valor que producen acelerando procesos como el de innovación. Para lograrlo, es clave entender que ambos tipos de empresas son distintas y que es justamente esta diferencia la que genera que la colaboración entre estos dos tipos de organizaciones, también llamada innovación abierta, traiga grandes beneficios para ambos.
Para poder iniciar un proceso de innovación abierta, es fundamental que los Gerentes Generales de ambas organizaciones estén involucrados en el proceso, mantengan alineadas a las compañías (y sus diferentes áreas) y, en el caso de la empresa tradicional, comprendan las características de las startups y puedan adaptar los procedimientos para agilizar el trabajo de colaboración. Asimismo, para ejecutar un proyecto con éxito, se hace necesario que el área “dueña del dolor” (los responsables de resolver una problemática), esté involucrada junto con las áreas habilitadoras de la solución y que, durante cada etapa, utilice de manera disciplinada las diferentes metodologías de innovación disponibles.
Walmart Chile: En 2017, la Vicepresidencia de Logística y Supply Chain de Walmart Chile definió ir en busca de innovaciones relevantes en el mercado local y regional. La misión: aumentar la productividad de sus centros de distribución, potenciar la eficiencia energética y mejorar la gestión de información.
Sodimac Chile: Con el fin de potenciar la experiencia de sus clientes, la empresa de mejoramiento para el hogar lanzó un programa de innovación abierta, convocando a distintos startups para generar soluciones tecnológicas creativas para responder a las necesidades tanto de clientes hogar como de profesionales. En este caso, la invitación fue para emprendedores tecnológicos para generar soluciones digitales en salas de venta, en ámbitos como el diseño de proyectos de hogar, acompañamiento y asesoría a los clientes, compras ágiles y la creación de experiencias atractivas e inspiradoras durante las visitas a las tiendas Sodimac.