Hacíamos innovación antes de INNSPIRAL, pero sin métricas, sistemas ni metodologías. Cuando llegó INNSPIRAL nos ordenamos
Miguel Ángel Peña, VP de Innovación y Startups en Enaex
En 2013, Enaex, líder en servicios integrales de fragmentación de roca en Latinoamérica observó un escenario altamente competitivo, en una industria altamente comoditizada y con actores mundiales de peso. Así, se autoimpuso el desafío de acudir a la innovación para diferenciarse obteniendo resultados tangibles, de alto impacto y de forma sistemática. Esto apoyaría a la compañía en su futura internacionalización. La misión de Enaex era clara y compleja a la vez: aumentar la productividad de la minería con nuevas soluciones de tronadura.
INNSPIRAL fue fichado para instalar la innovación con método y resultados medibles. Se codiseñó una estrategia, e identificaron proyectos con potencial de aceleración. El foco de la colaboración se orientó a la instalación y operación del Sistema de Gestión de la Innovación INNSPIRAL (SGII) que habilitara una exploración e implementación continua de oportunidades de innovación. Los avances se medirían en cada paso del proyecto con el Índice de Intensidad de Innovación (i3), lo que garantizaría los avances.
A 5 años de iniciarse el proceso, la empresa había logrado elevar su Intensidad de Innovación desde 2,4% a 24%, superando largamente las expectativas de la compañía, principalmente gracias a la introducción de soluciones de mayor valor agregado. Según su Gerente General, Juan Andrés Errázuriz, “logramos tener márgenes iguales o mejores, y nuestros clientes han tenido menor costo total gracias a la innovación”. La colaboración de Enaex con INNSPIRAL fue el puntapié inicial para replicar su modelo de innovación en las filiales de la compañía en el mundo, y para embarcarse en proyectos de mayor desafío tecnológico, como el que gestionó INNSPIRAL al conectar a Enaex con Stanford Research Institute (SRI) para la exploración de soluciones robóticas para la minería del futuro.