En la industria dicen que a nivel formativo se está priorizando el conocimiento técnico o teórico, antes que el conocimiento en aspectos fundamentales relacionados a tecnologías 4.0. Y eso es estar al debe frente a los desafíos actuales. POR RITA NÚÑEZ B.
Tener talento humano debidamente capacitado es fundamental para el avance de la industria en un escenario 4.0, marcado por la realidad virtual, análisis de datos, aprendizaje automático o inteligencia artificial. Pero lograrlo continúa siendo un gran desafío, al menos en la implementación de las competencias que se requieren en la educación técnica y capacitación vinculadas a la minería, según la apreciación de Manuel Farías, director de Educación Técnica y Trayectorias Formativo Laborales de Fundación Chile. Un visión similar tiene Javier Iriarte, Business Leader de Innspiral, al advertir que existe una brecha importante en la capacitación de los profesionales que deben operar estas tecnologías. Según el ejecutivo, los programas de estudios de las universidades y centros de formación del país son estructurados y poco actualizados.“Priorizan el conocimiento técnico o teórico, antes que el conocimiento en aspectos fundamentales relacionados a tecnologías 4.0”, dice, refiriéndose, por ejemplo, a data analytics, inteligencia artificial o robótica.
Un visión similar tiene Javier Iriarte, Business Leader de Innspiral, al advertir que existe una brecha importante en la capacitación de los profesionales que deben operar estas tecnologías.
Farías explica que, ante eso, las instituciones formativas deben ir ajustando sus programas a dichos estándares.Y añade que el Marco de Cualificaciones Técnico Profesional, iniciativa realizada en conjunto por la CPC, Fundación Chile y el Ministerio de Educación, es un pilar fundamental para este mejoramiento, que advierte, entre otras cosas, la importancia de una mayor incorporación de tecnologías en centros integrados de operaciones, equipos autónomos, ingeniería del mantenimiento y mantenimiento 4.0; la incorporación del Modelo de Competencias Transversales vinculado a ambientes mineros altamente tecnologizados; y actualiza los perfiles asociados a operadores de relaves, un pasivo medioambiental crítico para la sustentabilidad de la industria.
Sin embargo, el ejecutivo cree que es necesario incorporar nuevas competencias técnicas y tecnológicas en los programas de estudio que permitan “hacer más coherente la formación que se realiza en la educación técnica en relación con los requerimienos del sector y su hoja de ruta tecnológica”.
Boris Devoto, subdirector de Innovación y Vinculación con el Medio de CEDUC UCN, tiene una visión más optimista del asunto: “Podemos ver que los programas de estudios que orientan la formación de los futuros profesionales están mucho más ajustados a las necesidades del sector minero, basados principalmente en la inclusión de nuevas tecnologías, adecuaciones curriculares y especialización docente”, plantea, algo que obedece, según el académico, al trabajo colaborativo con la industria y sus actores estratégicos.
Nuevas capacidades
Para Sebastián Pérez, subdirector docente del Departamento de Ingeniería en Minas de la Universidad de Santiago, los desafíos actuales apuntan a la capacidad de los profesionales de discriminar técnicamente “entre la información útil y la inservible o errónea” que pudiese emerger.“Desarrollar esta capacidad requiere de un estudio riguroso de los aspectos técnicos, que dan pie a las tomas de decisiones, cuyos criterios deben estar bien respaldados”, señala.
En un escenario marcado por el agotamiento de los recursos, la disminución de leyes y mayores demandas en el plano ambiental y social, surgen nuevas técnicas, herramientas y tecnologías, y un proceso creativo que, a ojos de Pérez, encierra buena parte de los principales desafíos futuros a los que la industria debe dar solución. Por eso es tan importante una formación con esa mirada.
Aunque no basta solo con la re- conversión o integración de nuevas competencias técnicas, cree Arturo Alba, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, sino que “se requiere un proceso de transformación cultural y nuevas competencias transversales de las compañías, tanto del personal existente, así como de la incorporación de nuevos técnicos y profesionales”.
Reforzar el trabajo de eco- sistema, con una relación “más virtuosa y permanente” entre empresa y universidad es clave, añade Alba, para desarrollar infraestructuras de formación (on the job trainning, laboratorio de prueba y pilotaje, entre otras), mallas y programas de formación, acuerdos de investigación aplicada, pasantías, y formación de capital humano avanzado, lo que incluye magíster, doctorados y posdoctorados.
Artículo publicado originalmente en Diario Financiero el 27 de octubre de 2022