Para el arquitecto Norman Hack, la principal ventaja del hormigón es también su gran obstáculo: “lo que realmente me fascina es que el hormigón puede adquirir la forma que desees, pero necesitas el encofrado”. Considera que la obligación de recurrir a esta técnica limita su potencial, ya que los “métodos de fabricación actuales no permiten aprovechar por completo la capacidad del material”.
Hack pretende solucionarlo mediante la robótica y el diseño digital. Mesh Mould, (que podría traducirse como “malla molde”), el proyecto que lidera en el Centro nacional de competencias de investigación en fabricación digital en Zúrich, Suiza, aspira a transformar cualquier diseño por computador en una realidad de hormigón. El equipo de Hack, que se compone de perfiles de todo tipo, también cuenta con un brazo robótico con un cabezal modificado para “imprimir” alambre. Ese robot “fabrica” una especie de malla a partir de un diseño digital que luego se rellenará de hormigón para crear estructuras con formas únicas.
Galardonado en noviembre del año pasado con el Swiss Technology Award 2016 en la categoría de “inventores”, el proyecto Mesh Mould todavía se encuentra en fase de investigación. Pero el equipo asegura poder construir estructuras verticales de hasta tres metros y medio y ya cuenta con prototipos. A lo largo de este año, planea levantar su primer prototipo a escala real en un edificio experimental en Suiza.
En entrevista con MIT Tech Review, Hack explica que “en las construcciones de hormigón, el encofrado suele ser uno de los factores más caros. Además, al personalizarlo para formas singulares solo puede utilizarse una vez, lo que provoca grandes cantidades de residuos. Nuestra idea es solucionarlo al unificar el encofrado y el armado en un solo proceso de construcción robotizado. Un robot móvil fabrica una malla tridimensional tan densa que el hormigón vertido solo rebosa ligeramente por su superficie. Luego se enluce, manualmente o con un robot, cubre por completo la malla y deja una superficie suave. La malla queda dentro del hormigón y actúa como armado estructural. Además, puede adaptarse de manera puntual a las fuerzas que actúan sobre la estructura. En zonas de mayor tracción, la malla se puede densificar, mientras que en zonas de mayor compresión la malla ensancha, deja más espacios.
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