Cada vez hay más interés en enviar humanos a Marte. Varias agencias espaciales han empezado a estudiar los numerosos problemas que presentaría tal misión, como su protección durante el viaje.
Pero una vez que los humanos lleguen al planeta rojo requerirán edificios de alta calidad en los que vivir y trabajar. Podrán llevar determinadas estructuras con ellos, pero esto sólo puede representar una solución temporal. Los primeros colonos tendrán que encontrar la manera de edificar con los recursos propios del planeta. ¿Pero cómo?, se pregunta MIT Tech Review.
Una posible respuesta surge gracias al trabajo de Lin Wan y sus compañeros de la Universidad de Northwestern en Estados Unidos. El equipo ha averiguado cómo elaborar hormigón marciano con materiales ampliamente disponibles en Marte. Y, de forma crucial, este hormigón puede hacerse sin agua, un recurso casi precioso en el planeta rojo.
El material clave en el auge de la innovación en construcción marciana será el azufre, asegura el equipo. La idea básica es calentar este elemento a unos 240 °C para que se vuelva líquido, mezclarlo con tierra marciana, que sirve de conglomerado, y dejarlo enfriar. El azufre se solidifica, uniendo el conglomerado y creando hormigón. Y ¡listo!, ya tenemos hormigón marciano.
Por supuesto, la idea de emplear azufre para unir los conglomerados dista mucho de ser nueva. Los ingenieros llevan al menos un siglo experimentando con este tipo de material e inicialmente encontraron que el hormigón basado en azufre tiene sus propios problemas.
Para empezar, mientras se enfría el azufre, se solidifica para formar azufre monoclínico y luego se transforma en azufre ortorrómbico, el alótropo estable, a temperaturas más bajas. Pero también se encoge durante este proceso y esta reducción de tamaño crea cavidades y estrés, que debilitan gravemente el material.
Además, durante la década de 1970, los científicos de materiales estudiaron la posibilidad de emplear el hormigón de azufre para construir bases lunares en la Luna. Rápidamente descubrieron que en el vacío el azufre se sublima, es decir, se convierte directamente en gas desde un estado sólido. Cualquier hormigón de azufre rápidamente desaparecería en el éter.
Así que una cuestión importante es si se puede hacer que el hormigón de azufre sea lo suficientemente fuerte y resistente para resultar útil en Marte.