Le han gritado viejo pascuero en la calle, que es un hipster y hasta un gerente de una gran empresa le insinuó que se cortará la barba. Pero se niega, la dejó crecer como un juego con su hijo y se siente tan cómodo con su look que por el momento no piensa cambiarlo. Tampoco usa corbata ni trajes formales. Cada uno tiene que ser como se sienta más cómodo, afirma Iván Vera, quien a sus 58 años se ha transformado en todo un rockstar en el mundo del emprendimiento y la innovación.
La tragedia de Chernobyl marcó un antes y un después para este ingeniero eléctrico y nuclear. Luego de la catástrofe, y con 29 años, supo que su profesión ya no tenía futuro. Fue el puntapié inicial para hacer del cambio, la novedad e innovación su pasión: logró levantar siete empresas. Fundador y presidente de la aceleradora de innovación en empresas Innspiral, del Club de Innovación y de Magical Startups, inversionista ángel y charlista habitual, donde inspira a empresas a innovar y a los jóvenes a no emplearse y se arriesguen a iniciar un negocio.
“Las grandes empresas tienen mucho que defender. Si ganan US$100 millones al año están preocupadas de ganar un poco más que eso, los jóvenes no, vienen ligeros de equipaje. Para ellos hoy es un mal negocio emplearse. Cuando salen de la universidad no tienen nada, entonces no tienen nada que perder si se lanzan. Mi cruzada es que en Chile haya más innovación y para eso tienen que existir empresas innovadoras, para lograrlo hay que contagiar a los jóvenes ya que ni sus profesores ni los papás los incentivan a eso”, explica. Hoy es posible vivir del emprendimiento, agrega.
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