Entre las compañías a las que han asesorado están Agrosuper, Gasco, Frutos del Maipo, GDF Suez, BBVA y Servipag, entre otras.
Cuando en 1989 se creó Innspiral Moves (ex IGT Consulting) nadie hablaba de innovación. Por esto, la empresa –perteneciente al Grupo Invertec– en sus primeros años sólo se dedicó a hacer consultoría tradicional. Sin embargo, la llegada del nuevo milenio trajo consigo un cambio de paradigma en el empresariado nacional.
Y es que entre el 2000 y 2004 el tema de la innovación se puso en la palestra y comenzó a agarrar vuelo, razón por la que les empezaron a llegar los primeros proyectos. Por esto, en ese período este tipo de asesorías pasó a representar del 10% al 30% de la facturación.
“Uno de los primeros clientes que tuvimos fue Chilectra en 2004, con quienes colaboramos para crear un modelo de gestión en innovación. Este tipo de compañías tienen capacidades que les permiten incorporar otros negocios que no sean de energía eléctrica, lo que se suma a que, como tienen 1,5 millones de clientes, cuentan con caja para dar crédito. Así surgió la idea de crear la tarjeta Mundo Activa”, recuerda Arturo Herrera, CEO de Innspiral Moves.
Como la experiencia con Chilectra fue positiva, el Grupo Endesa decidió contratarlos en toda Latinoamérica, por lo que Innspiral ha colaborado con proyectos en Brasil, Colombia y Perú.
“Las empresas siempre han innovado, pero la diferencia es que hoy están más interconectadas. Las organizaciones tienen que ser más sistemáticas al innovar, ya que es un imperativo para poder competir y diferenciarse en un mercado que es tan globalizado”, afirma Herrera.
Entre las compañías con las que ha trabajado Innspiral Move están Agrosuper, Frutos del Maipo, GDF Suez, BBVA, Servipag y Gasco, entre otras. Con estas dos últimas consiguieron la alianza que permite pagar cuentas en los camiones repartidores de gas.
Consejo
Herrera no sólo conoce la innovación desde su trabajo en la consultora, sino que también trabajó en una incubadora de negocios. Por esto, una de las principales recomendaciones que les hace a los nuevos emprendedores es que tengan presente el público objetivo al que quieren llegar.
“Muchos llegaban con ideas increíbles o con prototipos fenomenales a la incubadora, pero cuando se les preguntaba a quién se los venderían la respuesta era un no sé. Lo fundamental es entender quién es el cliente, qué problemas tiene, qué desafío está solucionando, cuál es el mercado al que se quiere apuntar y –tras concretar una primera venta– armar el producto”, afirma.