El gigante de los buscadores se apoya en el aprendizaje automático de RankBrain para mejorar las búsquedas de los usuarios. Actualmente, de todos los factores que Google emplea a la hora de calcular la posición de cada web, este se encuentra en tercer lugar -por detrás de contenido y enlaces- y es usado en todas las consultas reales, por lo que su importancia es cada vez más notoria. En última instancia, su complejo funcionamiento se centra en recompensar la calidad de la información, explica el sitio de tecnología TicBeat.
Atendiendo a los antecedentes de los algoritmos de Google, ya en 2012 vio la luz Knowledge Graph, cuyo propósito era la mejora y el desarrollo de la búsqueda semántica. La actualización del mismo vino en 2013 con el algoritmo Colibrí, o Hummingbird, que comenzó a relacionar los términos buscados en su contexto semántico, acercándose a la comprensión humana del lenguaje en el que se redactaban las consultas.
Así, con Hummingbird el algoritmo de Google comenzó a emplear la técnica de la desambiguación, logrando identificar el sentido con el que los usuarios utilizaban una palabra polisémica. Así, la compañía ha orientado sus pasos y esfuerzos a comprender la intención del usuario y afinar los resultados para que estos sean más concretos con respecto a las búsquedas. Ahora, el uso de RankBrain pretende integrar el aprendizaje automático y la inteligencia artificial con la búsqueda semántica.
¿Cómo funciona el algoritmo RankBrain?
Google quiere que encuentres de manera fácil y sencilla, a la primera, lo que estás buscando. Para ello, los ingenieros de la compañía han implementado RankBrain, cuya función básica es mejorar Hummingbird transformando las palabras en vectores comprendidos por las máquinas, ofreciendo por lo tanto resultados más óptimos ante las consultas de los usuarios. Estos elementos matemáticos sirven para generar significados en torno a términos relacionados, detectando los patrones comunes que los relacionan.
Los problemas que Google pretende solucionar es mala comprensión ciertas consultas, ya sea por considerar significados diferentes o erróneos en función de su posición en la frase, el contexto en el que se hace la búsqueda o los plurales o faltas de ortografía. Así, RankBrain tiene su propio sistema de autoaprendizaje, detectando los resultados que no son acertados ante una consulta en base a factores como el porcentaje de rebote.
El algoritmo, además de los errores, tiene en cuenta la alta permanencia y la interacción de los usuarios en la página web a la que ha accedido desde los SERPs. De esta manera, el algoritmo RankBrain aprende continuamente, mejorando progresivamente la calidad los resultados de búsqueda en base al comportamiento de los usuarios.