Por tercer año consecutivo, las emisiones mundiales de carbono a la atmósfera se mantuvieron estables, siendo además 2016 el primer curso en que este hito se produce en un contexto de crecimiento económico (estimado en el 3% mundial). Buenas noticias para el medio ambiente que se deben, principalmente, al menor uso de fuentes de energía contaminantes (como el carbón) en el ‘mix’ energético global.
Un total de 32,1 gigatoneladas de carbono se liberaron el pasado año, de acuerdo a la Agencia Internacional de Energía; entidad que destaca cómo la mitad del crecimiento en la demanda energética experimentada durante 2016 se cubrió mediante energías renovables, especialmente por generación hidroeléctrica (la mitad del total), indica TICBeat.
La Unión Europea ha contribuido notablemente a estos datos sobre contaminación atmosférica, con logros como reducir el uso del carbón en un 10% (más acusado en países como Reino Unido, que ha reducido a la mitad su demanda de esta fuente de energía, llegando a cifras que no se veían desde el siglo XIX).
Finalmente, el Estados Unidos que dejó Barack Obama experimentó un descenso del 11% en el uso de carbón para producción eléctrica, convirtiéndose el gas natural en la mayor fuente de energía de ese país y reduciendo, a su vez, las emisiones de carbono en un 3%. Esto supone que Estados Unidos emite actualmente carbono a la atmósfera en niveles similares a 1992, pero con una economía un 80% mayor a la de aquel entonces.